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Cómo el ejercicio beneficia la salud mental

Cómo el ejercicio beneficia la salud mental

En el torbellino de nuestras rutinas diarias, encontrar tiempo para nosotros mismos -y mucho menos para hacer ejercicio- a menudo puede parecer un desafío abrumador. Sin embargo, la importancia de incorporar la actividad física en nuestra rutina se extiende mucho más allá del ámbito de la salud física, llegando al núcleo de nuestra salud mental y emocional. La salud mental es definida por la Organización Mundial de la Salud como “un estado de bienestar en el que cada individuo realiza su propio potencial, puede hacer frente a los problemas normales de la vida, puede trabajar de manera productiva y fructífera y es capaz de contribuir a su comunidad”. Un trastorno mental se caracteriza por una combinación de pensamientos, percepciones, emociones, conductas y relaciones anormales con otros, y puede incluir depresión, trastornos de ansiedad, trastornos bipolares, esquizofrenia o trastorno por abuso de sustancias.

La salud mental no es la ausencia de trastornos mentales, y de igual manera, vivir con un trastorno mental no excluye a una persona de tener buena salud mental. A la luz de la creciente conciencia sobre las preocupaciones de salud mental a nivel global, la búsqueda de intervenciones efectivas nunca ha sido más crítica. Los investigadores han explorado los beneficios del ejercicio en la salud mental y han encontrado que tanto la actividad física estructurada como la no estructurada tienen efectos positivos en la salud mental.

Actividad física y salud mental

Si bien se sabe comúnmente que el ejercicio y la actividad física mejoran la salud física, también hay varios beneficios al participar en ejercicio y actividad física para la salud mental y emocional y el bienestar. De hecho, la actividad física regular y habitual puede reducir los sentimientos de ansiedad a largo plazo, reducir la somnolencia diurna, aumentar la calidad del sueño/mejorar el sueño profundo, reducir el riesgo de desarrollo de depresión en niños y adultos, mejorar los síntomas de depresión en niños y adultos y mejorar la cognición. Los beneficios positivos de la actividad física son realmente transformadores.

Mecanismos psicológicos y fisiológicos

La participación en ejercicio regular resulta en cambios fisiológicos y adaptaciones en el cuerpo humano. Para entender exactamente cómo el ejercicio mejora la salud, podemos observar tanto los mecanismos psicológicos como fisiológicos. Si bien los mecanismos exactos todavía están siendo explorados, los científicos tienen varias teorías e hipótesis sobre cómo el ejercicio mejora la salud mental.

La participación en ejercicio puede mejorar la función de algo conocido como el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HPA). Estas mejoras funcionales del eje HPA pueden llevar a una reducción en los niveles de cortisol, lo que puede restaurar el equilibrio adecuado de ciertas hormonas, como la leptina y la grelina (hormonas que controlan el apetito y el hambre) y reducir el estrés, una fuente de ciertas condiciones de salud mental. Este no es necesariamente el estrés percibido (es decir, encontrar una situación particular estresante), sino también el estrés fisiológico, lo que significa que tu cuerpo está trabajando en exceso para mantener un nivel funcional en un nivel homeostático (base). Cuando tu cuerpo está funcionando de manera óptima, puede mejorar la salud mental.

Condiciones específicas de salud mental

Recientemente, se publicó un estudio para examinar la investigación sobre los efectos del ejercicio en la depresión. Los autores concluyeron que el ejercicio es un tratamiento efectivo para la depresión, siendo caminar o trotar, yoga y entrenamiento de fuerza más efectivos que otros tipos de ejercicio, particularmente cuando se realizan con una mayor intensidad. La actividad física consistente también puede mejorar significativamente la calidad del sueño, llevando a menos sentimientos de ansiedad, más energía y un mejor estado de ánimo a lo largo del día.

La importancia de adaptar e incorporar la actividad física

Varios organismos profesionales, incluido el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades y la Organización Mundial de la Salud, recomiendan la adopción de actividad física entre todas las personas, incluidas aquellas con enfermedades crónicas, comorbilidades y otras condiciones. Las recomendaciones sugieren que las personas participen en actividad física que sea apropiada para ellos e incluyen varios 'tipos' de actividad física, como caminar, correr, yoga y más. Una pieza clave para adaptar el comportamiento de actividad física es encontrar actividades que sean agradables, así que esto puede (y probablemente será) lucir diferente para cada uno, dependiendo de sus preferencias y habilidades.

La recomendación de actividad física para los adultos es acumular un mínimo de 150-300 minutos de actividad moderada a vigorosa y al menos dos días de actividades para fortalecer los músculos semanalmente. Para los niños, se recomienda 60 minutos de actividad diaria con actividades aeróbicas, de fortalecimiento muscular y de fortalecimiento óseo incluidas al menos tres días por semana. Los estudios que examinan el impacto de la actividad física en la salud mental sugieren que sesiones incluso tan cortas como 10 minutos pueden ser beneficiosas para mejorar el estado de ánimo, dando lugar a la idea de que algo siempre es mejor que nada.

Beneficios psicosociales de la salud

El ejercicio mejora la salud mental al reducir la ansiedad, la depresión y los estados de ánimo negativos y al mejorar la autoestima y la función cognitiva. El ejercicio también se ha encontrado útil para aliviar síntomas como la baja autoestima y el aislamiento social. El aspecto social del ejercicio y la actividad física en un entorno grupal puede contribuir a sensaciones positivas de bienestar social. Esto se demostró en un estudio de 2018 que concluyó que hay evidencia consistente de que la participación en un deporte en equipo se asocia con una mejor salud social y psicológica. De igual manera, el aspecto comunitario de ser parte de un Gym puede proporcionar beneficios similares a los deportes en equipo para desarrollar confianza y autoestima.

Conclusión

Si bien el ejercicio no siempre es un sustituto apropiado para un tratamiento adecuado de salud mental, la participación regular en ejercicio y actividad física parece tener varios beneficios positivos y riesgos limitados para la salud mental. Un estilo de vida físicamente activo que incluya ejercicio estructurado debería ser parte de una rutina general de salud y bienestar. Además de ayudar con los sentimientos de depresión y ansiedad, puede ser una herramienta valiosa y de bajo riesgo para ayudar con la gestión del estrés y el bienestar general, así como para combatir los síntomas de diversas condiciones de salud mental. Así que, ya sea que estés atándote los zapatos para un trote matutino, desenrollando tu alfombrilla de yoga o preparándote para una sesión en Orangetheory Fitness, recuerda: cada paso, cada estiramiento, cada entrenamiento empapado de sudor es un paso hacia no solo un cuerpo más saludable, sino una mente más saludable.